Y me considero una chica normal, dentro
de lo que cabe normal. Soy de esas chicas que no se les ve ni un pelo
los días de la semana, pero de las que desfasan
los sábados y todavía les queda para los domingos. De las
que ahorran, poco. De las que con una sonrisa lo dicen todo. De las
que derrochan glamour, o torpeza. De las que se pintan los labios
rojos y van dando besos a todo el mundo para que se les marquen sus labios. De
las que no se comen las uñas sino los padrastros. De las se les pica la risa
tonta en los momentos menos inoportunos. De las que lloran de felicidad y pocas
veces de rabia. De las que hacen ironías sin parar, y nos gusta. De las
que no paran de hablar y de reír. Simplemente soy normal, pero diferente.