He aprendido a vivir con lo poco que tengo. No necesito más simplemente tu voz que me acaricia la razón. Cartas en el buzón y ningún remitente. Y una historia de dos que se esconde de bajo de la alfombra y el colchón. Chaparrón en París en un día de mayo y un baúl sin abrir, en el porche, esperando un traslado hacia Madrid. Qué difícil abrir unos ojos cerrados cuando no quieren ver que el futuro está en aquel rincón donde tú y yo conocimos Atreyu. Será mejor cantar, asimilando que el mundo es un poco complejo. Hoy quiero vivir pensando en que soy yo quien ha tomado una firme decisión, el que ha escapado de esos títeres que quieren ser la voz en off de mis recuerdos. No voy a volver al cementerio de las ilusiones compartidas, ¿para qué, si ya no tiemblan mis cimientos? Hoy prefiero el West End, tengo un mejor recuerdo. Y me invento el guión de una historia que tiene como autor copas de alcohol. Veo volar un gorrión en los textos de Bécquer, y retraso el retraso el reloj para darme más tiempo a descubrir cuál fue el error de los últimos besos, será mucho mejor cantar, asimilando que el mundo es un poco complejo. Hoy quiero vivir pensando en que soy yo quien ha tomado una firme decisión, el que ha escapado de esos títeres que quieren ser la voz en off de mis recuerdos. No voy a volver al cementerio de las ilusiones compartidas, ¿para qué, si ya no tiemblan mis cimientos?