Tenemos la mala costumbre de querer a medias, de no mostrar lo que sentimos a los que están cerca, de echar en falta lo que amamos y sólo cuando lo perdemos es cuando añoramos.
Tenemos la mala costumbre de perder el tiempo, de no apreciar lo que en verdad importa, y sólo entonces te das cuenta de cuántas cosas hay que sobran.